El frío iba en aumento, y la música sonaba fuerte y muy estridente. Estabamos por la zona hace rato, caminando, charlando, paseando.
Su voz apareció antes que ella, y ya sonaba distinta de las demás. Después, también su figura se paseaba de acá para allá saludando y abrazando, dotada de una particular libertad. No pude evitar (ni había necesidad de hacerlo) que mi atención se dirigiera a ella tras cortos períodos de tiempo.
También hay algo muy interesante en la forma de relacionarse, me habla como si me conociera de toda la vida.
Su mirada se pasea por el panorama, se posa sobre mí, me inventa un apodo, y me canta una canción, a un nivel de intensidad sonora considerable, que nunca antes había escuchado. Me hace bailar, saltar, me enreda y casi me tira. Me trata con cariño y, al cabo de pocos segundos, me insulta casi gritándome, para volver a tratarme bien al poco tiempo.
Si, si te tiene que decir algo te lo dice, y se quiere hacer algo, lo hace. O sea: Buenísimo!!! Re divertido!!
Una persona que el mundo se merecía, a mi humilde entender.
domingo, 4 de noviembre de 2007
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1 comentario:
No es exactamente impresonista. Pero refleja, en parte, la impresión que dejó en mi esta primer parte del suceso. Iré detallando, en la medida de lo posible otros fragmentos.
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