"Me desperté tarde y cansado. Al lavarme los dientes recordé que la canilla del baño no funciona, tuve que terminar dicha tarea en la cocina. Tras un breve desayunó me conecto a Internet. La comunicación con mis amigos vuelve más presentes las labores pendientes, "¿Como venís para Arte y Sociedad?"; "Che, hay que hacer el TP de Pietragalla"; "¿Cuando nos vamos a juntar para hacer los de Minsburg?"; "Nos tendríamos que poner las pilas para hacer lo de acústica".Y cuando la comunicación empieza a adquirir matices interesantes la conexión se corta, pero figura como conectada, lo que conlleva a tener que reiniciar la computadora. Pero no hay tiempo para eso, me quiero bañar. Pero antes mejor acomodo las cosas de la facu.Saco las carpetas que no voy a usar de la mochila y las pongo en la montaña de fotocopias desordenadas, de la cual saco los apuntes que si usaré. Preparo la campera. Busco la billetera... la billetera... no aparece. Como es usual al buscar algo cuando estas apurado/a no aparece más. Siempre está en el último lugar que se te ocurre buscar. Otra batalla se desata en la búsqueda de monedas para viajar, la batalla no es en si contra las monedas que se esconden. La batalla es contra uno mismo, para no estallar en cólera.Todo listo, excepto por el baño, que no pude darme. Ya es tarde para eso (el tiempo que corre). Mejor como algo antes de salir. Tengo suerte de que la comida esté fría y no dura, "algo es algo" me consuela mi conciencia.El viaje sin mayores problemas problemas (a menos que esté dispuesto a buscar algunos).Jornada estudiantil, aprendizaje moderado.Vuelta a casa, el olor a nafta del colectivo no ayuda a que me sienta mejor. Termina el primer viaje de colectivo. Bajo del mismo y me dirijo a la segunda parada del día. Reviso el bolsillo para recordar que no tengo monedas. Unos diez minutos preguntando en los negocios de la zona alcanzan para saber que nadie tiene cambio de dos pesos.Vuelta a casa caminando, doce cuadritas que son mi ejercicio diario.Y por fin... la llegada a casa. La primera escena es la de mi hermano frente a la computadora gritando incoherencias con otros dos amiguitos que también están gritando.Desensillo, me relajo. Y me preparo, en este contexto de barullo y cansancio, para leer algo.Luego de leer un poco destierro a mi hermano de su trono y me apodero de la computadora para hacer un poco de tarea vía MSN.
Se hace la "hora de comer". Como. Me conecto otro ratito y me voy a dormir.
Tirando en la cama, con una mezcla de sonidos de un partido de fútbol y Gran Hermano que provienen de otras habitaciones del departamento,
me digo: Así se va otro día sin haber tocado la guitarra..."
Propuesta: Hay tanto que quiero hacer y no hago... Hay tanto que "debo" hacer y no hago... Hay tantas cosas que quisiera hacer pero "no puedo"... Si sigo así la pereza va a terminar acabando con lo poco que queda de mí.
Respuesta: Hay tanto que hago bien. Hay tanto de lo que hago que me hace bien. Tengo suerte de poder conectarme por la mañana y leer “¿Che negro, como vamos a hacer TP?”. Hay tanto que puedo agradecer… Pero quiero agradecer en particular a mis amigos, que hacen que este camino sea más fácil de caminar.
Hoy Raúl Minsburg (profesor de la UNLa) dijo “Podrían estar peor.” En respuesta a nuestra frase (Mía y de Miguel) “Podríamos estar mejor”. Esto parece un hecho muy sencillo o inocente si se quiere, pero se trata de algo muy importante que es eso de “Ver la mitad del vaso llena” pero aplicado en la realidad.
Con eso concluyo mi idea, con una mirada positiva del aparente “mal día” anteriormente descripto.
Así y todo sigo siendo un ser inestable.
Un abrazo.
jueves, 18 de octubre de 2007
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