Creí que creíste que el mañana llegaría algún día. Vivías diciéndome "Cuando yo pueda..." o "Cuando yo tenga..." siempre pensando en futuro. Creí que no veías el hoy. Tuve suerte de desilusionarme, nunca me había sentido tan bien al hacerlo. Fue cuando me dijiste "Callate, tomémonos un tiempo para ser felices". Al principio no lo entendí. Pero me estabas diciendo que no era necesario todo eso que yo necesitaba tanto, que no hacía falta nada para ser feliz. Disfruté mucho aquella vez, en la que me dijiste tanto sin decirme nada. Es bueno poder crecer de esta manera. El único momento que existe es el presente, el único momento en el que podemos vivir. Lo curioso fue que yo crecí, pero vos no. Vos pusiste marcha atrás, te quedaste estancada. Entonces te alcancé fácilmente, y te superé. Lógicamente quise que vinieras conmigo, pero no podías. Hay cosas que no son tan fáciles de aprender, no son tan evidentes. Al principio sufrí, pero también aprendí de eso. Aprendí lo insano que es apegarse a alguien. Por que aprendí que se puede amar sin necesidad de apegarse, y deje de necesitarte.
Pero una de las cosas más importantes que aprendí, fue que mi camino, lo camino solo. Es verdad que siempre van a cruzarse los caminos, y quizás haya caminos que vayan juntos durante un tiempo. Pero no puedo forzar a nadie a que copie mi manera de vivir la vida.
Todo esto aprendí gracias a vos, y gracias a mí. Por eso quería darte las gracias. Y respecto a mi, siempre estuve agradecido de mí.
domingo, 23 de septiembre de 2007
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